domingo, 7 de febrero de 2016

Libertad espiritual

El Señor Buda ha expresado que:

No  hemos  de  creer  en  lo  dicho,  simplemente  porque  fue  dicho;  ni  en  las tradiciones, porque han sido trasmitidas desde la antigüedad; ni en los rumores; ni en los escritos de los sabios, porque han venido de ellos; ni en las fantasías, que se suponen haber  sido  inspiradas  por  un  deva  (es  decir,  una  supuesta  inspiración espiritual);  ni  en  las  deducciones  basadas  en  alguna  suposición  casual;  ni  por  lo que  parece  ser  una  necesidad  analógica;  ni  por  la  mera  autoridad  de  nuestros instructores o maestros, sino que hemos de creer cuando lo escrito, la doctrina o lo  dicho, está corroborado por nuestra propia razón y conciencia. Por eso, enseñé a no creer  lo  que  oyen  decir,  sino  que,  cuando  lo  crean  conscienternente,  actúen  de acuerdo y plenamente. 

La Doctrina Secreta, T. VI. p. 49

7 comentarios:

  1. Una constante en el camino espiritual que todos deberíamos seguir, pero que en mayor o menor medida a algún tipo de escrito o Maestro nos apegamos. Con el tiempo esa digamos, fe, va convirtiéndose en discriminación que nos permite (permitirá a algunos) alcanzar ese grado de comprensión, del cual no existe ya ningún tipo de duda.

    Gracias Neus por el interesante fragmento.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, Dani!

      Siempre hay el camino quien nos tiende la mano para orientarnos; aquella alma más avanzada que nos indica el Camino..., pero la decision y el andar por este con paso firme es nuestra responsabilidad.
      Un abrazo!

      Neus

      Eliminar
  2. Durante el largo caminar por este mundo la humanidad siempre hemos necesitado esta mano bondadosa que nos guie en la oscuridad de nuestras vidas.
    En el mundo todavía existen muchas personas que necesitan ser conducidas, porqué aún no han despertado dentro de si la inquietud de buscar respuestas a sus propias preguntas.

    Pero aún habiendo desarrollado la consciencia, es muy difícil no sentirse condicionado por las creencias o por ciertos grandes seres a quienes veneramos por su sabiduria y el amor que nos transmiten con sus enseñanzas.
    La naturaleza humana tiende a sentirse desvalida y toda creencia que nos de una cierta paz y nos prometa un futuro glorioso, nos da la seguridad que nos falta. Hasta que llega un punto en la evolución en que predomina el discernimiento superior y entonces empezamos a ser nosotros mismos, el verdadero ser que siempre hemos sido y que no le habíamos permitido expresarse.

    Gracias Neus, el tema da mucho en que pensar.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. La mano tendida cada vez ha de llegar a ser cada vez más sutil hasta llegar a desaparecer.
    Entones llega el mpmento de la gran fluidéz.

    Un Abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por vuestros comentarios, siempre amplían y profundizan nuestros pensamientos e investigaciones.

    Neus

    ResponderEliminar
  5. Cuando aparecen en determinada encarnación las ansias de hallar un sentido más profundo a la vida, empieza una carrera imparable de búsqueda interna.
    Deseamos encontrar al Maestro, adquirir conocimiento esotérico y hallar la iluminación. Estudiamos todo lo que nos atrae según nuestras aspiraciones espirituales. Nos relacionamos con grupos u organizaciones que comparten nuestras inquietudes, o nos vamos al otro extremo del mundo buscando al Maestro.
    En cada una de estas experiencias hallamos algo con lo que nos identificamos y esto indica que en el contacto con lo externo empezamos a conocernos a nosotros mismos.

    Este conocimiento se acrecienta con el tiempo hasta que un dia descubrimos que todo cuanto hemos buscado fuera está en nuestro interior, pero ha sido necesaria la búsqueda y la
    relación con lo externo para que nuestra consciencia
    despertara.

    Un abrazo

    Marta

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias Marta,

    El mundo externo y especialmente la relación que establecemos con él y con las otras almas que encontramos en nuestro andar, actúan como espejos que nos devuelven nuestra propia imagen.

    Así pues, habrá que estar atentos a aquello que se nos presenta delante a lo largo de nuestro andar.

    Un abrazo,

    Neus

    ResponderEliminar