Desde una perspectiva muy simbólica, el número 12 concentra un profundo significado. Tal y como veíamos en el anterior artículo, podemos acercarnos a su interpretación desde distintos puntos de vista..., tantos como los lados nos presenta el dodecaedro y aún muchos más.
Vamos a centrarnos hoy, en la relación entre el número 12 y la esfera.
Si entendemos el número 12 como la perfección (o síntesis humano/ angélica), su relación con la esfera queda establecida de forma directa. La esfera es: el fin sin principio y el principio sin fin. Podriamos llegar a pensar que en ella el tiempo desaparece, porque en ella la materia ha sido sublimada y, con ella, el tiempo.
Toda esfera está constituida por 12 sectores de 30 grados cada uno. Al mismo tiempo, estos 12 sectores son los 12 triángulos (formados por tres lados que, representados por el número 10, en ellos mismos cuando son perfectos se nos muestra la perfección humana).
Cada uno de estos triángulos apunta hacia el centro de síntesis de la esfera. Cada triángulo, pues, está llamando a realizar una síntesis menor en la conciencia, para así poder unificar y superar la dualidad específica que representa cada uno de los 12 sectores de la esfera. La superación de la dualidad no es mera unión de los pares de opuestos, sinó sintesis. De la síntesis de cada uno de los pares de opuestos surgirá algo nuevo. Una nueva piedra preciosa en el corazón del ser humano; un nuevo pétalo que se abre en el corazón humano y una nueva capacidad de comprensión y compasión.
En cada uno de los 12 sectores abrimos nuestro corazón y vamos comprendiendo que la clave de la evolución es el Servicio, porque, tal y como nos dice el Maestro "El Discípulo avanza en la medida que sirve".