La
Conciencia en la Construcción
Dice
el Maestro Tibetano en el capítulo XV de Iniciación
Humana y Solar:
“Revelación
de la Palabra
Palabras
Solares
La
base de todos los fenómenos manifestados es el sonido enunciado, o
la palabra pronunciada con poder, es decir, con el pleno propósito
de la voluntad
tras de ella. Aquí radica, como se sabe, el valor de la meditación,
que produce eventualmente ese propósito interno y recogimiento
dinámico, o sea interna ideación, que debe preceder infaliblemente
a la pronunciación de cualquier sonido creador.”
Tal
y como hablamos en el último artículo, los Devas son los
constructores de la Creación. Pero cabe aquí, en relación con la
cita anterior, hacer también
un
énfasis
especial en aquella frase que nos afirma que “el
hombre piensa y el Deva construye”. El
Sonido, en forma de palabra o de pensamiento produce su efecto en los
éteres. Aquellos Devas de evolución similar a la vibración del
sonido emitido responderán llevando a cabo una u otra construcción,
en función del propósito que haya detrás de la emisión de la
Palabra.
Todo
cuanto existe en la manifestación externa tiene su origen en un
Sonido Creador que, precedido
del Silencio por una parte y
procediendo de una entidad mental y con propósito definido por
la otra,
mueve a los Devas a materializar dicho propósito. De ahí la
importancia y valor de la meditación, tal
y como nos dice el Maestro en la palabras anteriores. Meditar es
construir, “crear un nuevo mundo”, hasta donde seamos capaces de
dirigir la voluntad
y el firme propósito. Tengamos
en cuenta en estos días que se acercan de lunas llenas de gran
importancia.
Sin
embargo..., ¿Somos
conscientes de nuestra responsabilidad creadora?
Todo acto, palabra, pensamiento..., es creador! Pero
no toda construcción es consciente, ni por parte de nosotros, como
seres humanos, ni por parte de ciertas entidades elementales de
evolución inferior.
Si
seguimos leyendo unas líneas más abajo, encontramos las siguientes
palabras que nos pueden resultar muy clarificadoras:
“
a.
Los devas del sendero evolutivo, los grandes constructores del
sistema solar y los que están subordinados a ellos, que han pasado
la etapa humana, responden al sonido de la Palabra, y con comprensión
colaboran conscientemente con quien la exhaló, y así llevan a cabo
el trabajo.
b.
Los devas del arco involutivo, los constructores menores, que no han
pasado por la etapa humana, también responden al sonido, pero
inconscientemente o por la fuerza; por el poder de las vibraciones
iniciadas construyen con su propia sustancia las formas requeridas.”
Toda
creación puede ser consciente o inconsciente, según el nivel de
consciencia de quien emita el sonido creador y, como consecuencia, de
las entidades dévicas o elementales que se sientan atraídas por su
mántram.
Se
desprende de todo lo dicho anteriormente que está en nuestras manos
tomar las riendas de nuestra construcción, como arquitectos
conscientes y responsables en la construcción grupal de nuestro
entorno, de nuestra sociedad y de un nuevo mundo. Debemos “despertar”
y ayudar a despertar a aquellas otras consciencias que aún no han
abierto los ojos. Solo entonces el trabajo con los devas, este Reino
tan olvidado, será colaborativo y descubriremos, quizás, el trabajo
común que nos prepara el Maestro.