Según palabras del Maestro Tibetano:
Alegría y serenidad no son una condición astral sino una reacción del alma. Estas cualidades no son el resultado de la disciplina de la naturaleza emocional, sino la reacción natural y automática del alma y la recompensa por haber logrado un alineamiento definitivo. Estas dos cualidades del alma, serenidad y alegría, indican que el alma, el ego, el Uno, que permanece solo, controla o domina a la personalidad, las circunstancias y todas las condiciones ambientales de la vida en los tres mundos.
Psicología Esotérica (II)
Así pues, si surge de vuestro corazón la alegría serena del Alma, dejad que se exprese con toda su plenitud, pues significa que un gran logro se ha llevado a cabo.
Hay alegría serena, aunque las condiciones en el plano físico sean de grandes dificultades; alegría serena, ante el reconocimiento de la belleza o, en otras palabras, ante el reconocimiento de otras Almas.
Neus