Cuando la luz penetra en la conciencia, grandes cambios pueden producirse, e incluso convulsiones, producidas por el necesario reajuste de todo cuanto configura nuestra manifestación física. El escenario que nos rodea se transforma.
Cuando luz y materia entran en contacto, el conflicto está servido, a menos que hagamos llevado a cabo un profundo proceso de transformación interno o transmutación de nuestra conciencia. Aún así, la resistencia de la materia a perder su dominio y su identidad producirán necesariamente una situación de lucha que tendremos que afrontar.
¿Cómo purificar la materia y así permitir que la conciencia ascienda un peldaño más? Únicamente mediante el fuego purificador que, a modo de herrero, podrá moldear adecuadamente a la materia para convertirla en buena transmisora de luz y al mismo tiempo eliminar las impurezas que, formando parte del pasado y por lo tanto de aquello hacia lo que ya no tenemos que volver, nos permitirá dirigirnos firmemente hacia la Luz, que es nuestra Luz.
Dicho así parece fácil, pero realmente es muy difícil (para mi al menos) saber que hacer cuando se llega a un punto de estancamiento en el que ni materia ni espíritu tienen la suficiente energía como para poder salir airosas del Kurukshetra de Arjuna.
ResponderEliminarCuando realmente ves que todo va pasando pero desde la posición de observador, uno mismo se siente estático (o al menos así le parece) la crisis está servida.
Gracias Neus por esta interesante reflexión.
Un abrazo
Gracias por la respuesta, Dani, y perdón por la tardanza.
EliminarDiría que nada fácil hay en el Camino Espiritual. Como decían algunos antiguos filósofos, el Ojo del Alma debe fijar su vista hacia la Luz y no perderla jamás. Para ello necesitamos una buena dosis de voluntad y perder el miedo que, según mi entender, es el que nos paraliza.
Un abrazo
Afrontar el miedo es el único paso para poder Ascender esos peldaños hacia las esferas celestiales.
ResponderEliminarCuando mediante la Observación y esa Voluntad se pasa a la otra orilla...el Fuego se asienta en la mente y el corazón.
Un Abrazo.
Copio este pequeño fragmento porque me parece una auténtica realidad y de gran interés: " Cuando la luz penetra en la conciencia, grandes cambios pueden producirse, e incluso convulsiones, producidas por el necesario reajuste de todo cuanto configura nuestra manifestación física. El escenario que nos rodea se transforma."
ResponderEliminarGracias.
Gracias Ana por reafirmar la profunda realidad transformadora/transmutadora de la Luz.
ResponderEliminarUn abrazo,
Neus