La magia de la Consciencia reside en el hecho asombroso de que cuanto más queremos comprender su naturaleza, Nuestra naturaleza, más parece que se nos escapa. Cuanto más profundizamos, más inmenso es el paisaje que descubrimos ante nosotros.
Intuimos que la Consciencia no es aquello que creíamos antaño, que es Algo mucho mayor, mucho más profundo y quizás incomprensible desde la razón humana y por lo tanto aún más difícil de transmitir. Aún así, nuestro Propósito como seres humanos se sintetiza en la palabra Relación, y es por este motivo que debemos comunicar, transmitir y compartir sincera y humildemente todo aquello que trae Luz a la Consciencia. Este es nuestro propósito.
¿Cómo acercarnos a la comprensión de la Consciencia? Desde los antiguos pensadores griegos, la Consciencia se ha identificado con aquel principio divino que nos convierte en Seres Humanos: el principio mental. Ser consciente es "darse cuenta" de todo aquello que nos rodea, identificarlo con algo distinto a nosotros, comprenderlo. Gracias a esta relación somos también conscientes de nosotros mismos: autoconscientes. Pero hasta aquí la consciencia se expresa como relación con el mundo o con nosotros mismos. Siempre hay una separación entre nosotros y el mundo, y hasta me atrevería a decir entre la mente que analiza y nosotros mismos. Cuando ejercitamos esta consciencia, es la mente la que analiza, separa, clasifica y así entiende aquello que percibe. ¿Es esta la consciencia humana, o todavía estamos en un nivel material de la manifestación de la Consciencia?
La Consciencia humana transcurre a lo largo del tiempo, se alimenta de infinitas experiencias que la van nutriendo, repito "en el transcurrir del tiempo". Todas sus experiencias vividas en los mundos materiales se convierten en memoria y es justamente esta "memoria" la que da significado a aquello con lo que nos identificamos; a aquello que nos da identidad. ¿Quiénes somos, entonces? ¿Somos un conjunto de recuerdos que ha forjado, que ha dado lugar, a nuestra Consciencia presente? ¿Somos memoria? Fijaros que hasta aquí, continuamos identificando la Consciencia humana con el mundo de las formas, con el mundo material. ¿Dónde queda entonces el Alma Humana? ¿Es lo mismo Consciencia que Alma?
Quizás podríamos abordar estas preguntas planteando el tema desde otra perspectiva: el Alma Humana es portadora de consciencia, portadora de esta pequeña Luz o Principio mental que la caracteriza y que se va desarrollando a lo largo del Camino. Mientras este fuego mental únicamente se identifique con la materia, se desarrolla en el tiempo y se convierte en el fruto de la memoria, es decir, no ha traspasado el mundo material y, en consecuencia, vive del pasado. ¿Es esta su auténtica naturaleza? ¿No habíamos dicho que es un principio divino?
Y aquí, según mi entender, es donde entramos en contacto con un punto clave en la comprensión de la Consciencia. Los textos esotéricos nos hablan del Alma Humana como de aquella entidad que posee Consciencia Grupal. Aún así, seguimos pensando en términos de Consciencia individual. Mi pregunta es: ¿Existe la Consciencia o Alma individual? ¿Puede ser individual el principio o fuego divino que en su momento nos convirtió en Seres Humanos? ¿Somos seres individuales o todo es fruto de la ilusión o maya en que vivimos cuando estamos en encarnación dentro de los planos materiales de la existencia?
El proceso de manifestación material implica separación en múltiples formas, pero el Principio es el mismo. La Unidad se mantiene intacta. Fijaros en aquellas palabras que seguro que conocéis: habiendo compenetrado el Universo con un fragmento de mi mismo, Yo permanezco. Todo proceso de manifestación implica descender de la Unidad a la multiplicidad, así como el Camino de Retorno nos devuelve a la Unidad perdida.
Retomemos nuestro tema... El Alma Humana tiene Consciencia grupal, porque su esencia consiste en pertenecer a un grupo de Rayo. ¿Existe la separación? No puede existir porque en esencia, como decíamos, es Energía consciente que forma parte de un Grupo de Almas, y éstas a su vez, forman parte de este cuerpo mayor que expresa la calidad del Rayo en toda su plenitud. La Unidad es inherente. Su esencia no pertenece al mundo material. Sólo en los mundos materiales hablamos de individualidad. Pero esta individualidad es aparente, porque la Vida que se expresa detrás de la individualidad material lo abarca y envuelve todo, porque es el Todo.
Perdonad si no lo expreso de forma más comprensible, pero mi percepción me lleva a afirmar que únicamente podremos tener pequeños atisvos de su significado en la medida en que traspasemos la mente racional; mediante la intuición. Que debemos transmitirlo, sí; que debemos expresarlo con palabras y por lo tanto utilizar la razón, también; pero el simple hecho de encerrar en palabras aquello que trasciende la materia, produce una clara distorsión en aquello que intentamos comprender. Es por este motivo que más allá de la Consciencia hablamos de Mónada, porque nos acerca más al concepto de Unidad; porque nos conecta con esta fuente mayor de la cual procede el Alma.
Quizá lo único que nos acerca a su comprensión sea la percepción de la Unidad como Paz y Amor en momentos de contacto con la Plenitud de la Vida.